jueves, 12 de noviembre de 2015

Película: In Bruges (2008)

Según parece, esta película no es tan conocida a pesar de sus galardones, lo que es una lástima porque la encontré harto buena, así que la veo cada vez que se lo muestro a alguien; la última víctima, mi madre.


Traducida como Escondidos en Brujas, funciona como un modesto cuento acerca de dos asesinos (Ray y Ken) que son enviados por su jefe (don Harry) a la ciudad de Brujas (Bélgica) para ocultarse tras una operación fallida. Allí deberán esperar de las siguientes instrucciones que pueden llegar en cualquier momento, y que cuando llegan, abren un conmovedor conflicto de trauma, melancolía, amistad y código de honor.

Digo que lo veo como un cuento porque está bien armadita. En lo chico, tenemos diálogos plagados de humor, que incluso se inmiscuyen en los momentos más dramáticos sin desteñirlos. Y por otra parte, en lo general, despliega una historia de bonitos giros argumentales, y dotando al menos a sus personajes principales de una profundidad psicológica de fácil digestión para uno como espectador (lo que también podría ser visto como eslabón débil).

Las actuaciones principales las encontré precisas: Brendan Gleeson como el afable y veterano Ken, Colin Farrell que presta su cargado acento irlandés y su estilo despeinado al infantil y atribulado Ray, y Ralph Fiennes, maestro como él solo y que incluso se da el lujito de tirarse unos diálogos bien chistosos. Los demás hacen lo suyo para aportar al hilo de la historia.

A pesar de las quejas del lolo Ray, Brujas se muestra aquí como una auténtica ciudad de cuentos de hadas, perfecta para morir como señala don Harry, vieja ciudad medieval bien conservada que encanta por sus luces nocturnas, sus callejuelas de piedra y sus edificios históricos al borde de apacibles canales. Es el escenario perfecto para esta historia autocontenida, una burbuja detenida en el tiempo que permite a sus personajes dar libre curso a sus disquisiciones. Al mismo tiempo, sin embargo, también se presenta como una jaula de la que no se puede escapar, un purgatorio de almas perdidas. Y junto con la metáfora, Brujas se presta como hermoso paisaje tanto para el drama como para las escenas de acción, que no son muchas ni tan intensas ni complejas (aunque sí visualmente cuidadosas y bien maquilladas), pero sí son, por fortuna, persecuciones de a pie, que son el tipo que más me gusta ver.

En fin, creo que me gusta casi todo de ella. Lo único que le criticaría sería el final-final que está medio mamón, pero es parte de mi gusto personal por los finales ambiguos. De todos modos, el conjunto está exquisito.

Eso no más voy a contar para no arruinar el visionado, que desde ya recomiendo con un gran pulgar hacia arriba.

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